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Arco Iris, Osos Amorosos y Benzodiacepinas Con lo bucólico que es y lo bonito que lo pintan los rapsodas de medio pelo, no me queda mas remedio que reconocer con tristeza y sonrojo que yo, es ver un Arco Iris y se me ponen los pelos de los webos como escarpias. Y no es porque resulte irónico que haga sol mientras llueve, o por que haya quien ve muchas similitudes entre la bandera de Japón y la del Arco Iris, no es por eso. Es, fundamentalmente, porque yo sostengo la teoría de que los Osos Amorosos son unos yonkis de mucho cuidao que se pasan todo el día enganchaos al Diazepam, el Lorazepam, el Orfidal y el Tranxilium, todo, ni que decir tiene que de garrafoncio. Muchos estaréis diciendo... ¿De qué mierdas está hablando Kaskete? ¡Que se medique él! ¡Pues no, chavales! Porque como todos bien sabéis, los Osos Amorosos descienden al planeta tierra desde las nubes en las que se alojan, deslizándose por el Arco Iris, y sí, quizá vengan a hacer el bien y ayudar a los humanos, claro... ¡hasta que se les acaben los ansiolíticos! Porque cuando uno se medica para una afección que no padece se ve todo fenomenal, mucho amor... mucho ayudar al prójimo... y muchas mierdas en salmuera... ¡mis cojones! ¡Ay, amigos! El día que los Osos Amorosos se queden sin drogas y bajen con el mono a la tierra, van a llover más hostias... ¡que mi puta madre en bicicleta! Que ya es decir. Y es que sino decidme a mí... ¿Quién en su sano juicio se iba a tatuar dibujitos de colores en la tripa? ¡Sólo unos putos yonkis sin dignidad pasaos de psicotrópicos y sedantes! ¿Qué necesidad tiene el ser humano de que unos osos de colores bajen a echar un capote cuando nadie les ha dao vela en este entierro? Que para eso ya esta el SAMUR y la camioneta de Lo Que Necesitas es Amor... ¡cojones! En serio, cada vez que veo el Arco Iris tras unos nubarrones grises pienso: "Ya están aquí... ¡nos van a dar la del pulpo!". Porque a ver... ¿Quién les subvenciona las drogas? ¿De dónde sacan para tanto como destacan? ¿Está Coto Matamoros metido en el ajo? ¿Y el espíritu errante de Carmina?. Diréis que soy un exagerado y un agorero, y que no hay por qué alarmarse, pero un día se les acabará el XanaX y el Valiúm, y bajaran surfeando por el Arco Iris en sus tablas del Apocalipsis, con espuma por la boca y desteñidos, para reclamar su trono, arrasar la tierra y echar abajo el sistema de pensiones de la Seguridad Social, que tan notablemente les reduce el suministro de ansiolíticos. Doctores
en medicina, investigadores de la industria farmacéutica...
¡boticarios! Rezad para que los Osos Amorosos no se queden sin
su dosis, porque a los primeros que se llevarán por delante
será a vosotros. ¡Venid
a por mí si tenéis cojones, Osos Amorosos hijos de puta! KASKETE [ subir ]
Mi jefe, que, por cierto, era Antonio Gala... Llevaba tanto tiempo pensando que el MMAMM estaba muerto, enterrado y olvidado que cuando, hace unos días, Alfonso me pidió que escribiera alguno de mis sueños, me puse nervioso y todo: mi sueño tenía que estar a la altura de las circunstancias. He intentado dormir todo lo posible para ver si así mi cerebro se inventaba alguna de sus increíbles historias, pero no ha habido manera. Menos mal que, rebuscando en el disco duro de mi ordenador, he encontrado una pequeña joya que escribí hace unos años, precisamente para el MMAMM, y que nunca vio la luz. Por fin ha llegado su momento. Recupero hoy el sueño tal cual lo escribí entonces, cuando aún trabajaba en Madrid. Hoy
ha sido un día muy largo. He tenido la cabeza como un tambor
durante toda la jornada, y todo por culpa de un sueño raro,
desasosegante y del que además me he despertado en falso. El
sueño de hoy no tiene pies ni cabeza, pero me agobiaba a rabiar.
Intentaré reproducirlo lo más fielmente posible, por
lo incoherente del mismo. El sueño de hoy se titula: Perdido
en el Metro. GUELO [ subir ]
Con
la tercera República francesa arrastrada hacia una profunda
crisis económica por el general Georges Boulanger, el Lehman
& Brothers decimonónico, Guy de Maupassant escribió
con tremenda lucidez sobre una sociedad decadente, dirigida por una
casta política librada abiertamente a una batalla despiadada
para hacerse con el poder. Rescatamos aquí, dado su carácter
atemporal, un artículo del famoso cuentista parisino que con
su estilo mordaz carga sin ataduras contra una de "las enfermedades
constitucionales más funestes e inveteradas de la sociedad":
el respeto, homenaje que a menudo prodigamos y, sin embargo, el que
más deberíamos ahorrarnos. Les presento una pequeña
lista hecha a medias con Guy de las cosas que deberían dejar
de respetar hoy mismo, espero que les caiga como un mojón en
sus cabezas: ROGER SABATÉS [ subir ]
Nos estamos despidiendo del mes de noviembre, que en este año 2011, ha estado marcado por ese circo que es la CAMPAÑA ELECTORAL. Hay mucha gente que cree que esto es un gran montón de mierda. Puede que estén en lo cierto pero, si por mí fuera, deberíamos tener esto cada 18 meses. Vamos, a mí este circo me parece de lo más divertido. Ver a esa panda de pésimos actores lamiéndonos el culo, sonriéndonos buscando el voto, sinceramente, me hace disfrutar. Véndete más; fuerza tu humanidad y humildad; habla, habla pero no me vas a convencer. Aún recuerdo, hará unos quince años, cuando unos amigos decidimos llevar a la práctica eso, tan manido a día de hoy, de la DEMOCRACIA REAL. El último día de la campaña, no recuerdo si autonómica, municipal o nacional, decidimos salir a pegar unos carteles. Nosotros que éramos políticos, pero ni partidistas ni afiliados, estábamos un poco bastante hasta los cojones de todo este circo y nos decidimos a empapelar la muy asturiana Villa de Avilés con nuestra propuesta. Como éramos, y seguimos siendo, hombres de bien, paisanos que se visten por los pies, ninguno de nosotros tenía la más mínima idea de Diseño Gráfico, Photoshop, Adobe o suputamadre. Nosotros aprendimos a programar el VHS para grabar las pelis porno codificadas del Plus los viernes noche. Punto. Así que, cuando decidimos hacer unos carteles que propagasen la palabra de nuestro candidato para aquellas elecciones, tiramos de un dibujo a boli con un texto debajo. Alguien se decidió a pasárselo al típico friki que ya de aquella estaba enganchado al ordenador y, a base de tirar del WORD sin piedad alguna, se las apañó para mostrarnos una composición que, si entonces nos parecía más bella que el pezón de Sabrina tomando el aire en la piscina, a día de hoy no sería más que un clarísimo suspenso en una clase de Dibujo de un centro de Educación Especial. El protagonista de aquel DINA4 se hacía llamar BASTARDÍN, y su aspecto era una especie de monigote con los ojos saltones, barba de tres días, pelo de punta y cuerpo amorfo. Era, en realidad, una mezcla de las gracias físicas de cada uno de los amigos que nos embarcamos en aquella pequeña protesta. Realmente la idea surgió por que el grupo de amigos a los que me refiero teníamos un grupo de música llamado "Hijos Bastardos del blues" y éramos realmente sui generis. No teníamos ni puta idea de tocar; uno estudiaba Filosofía y se estaba quedando calvo, otro hacía como que estudiaba Historia mientras jugaba a la pocha, otro Filología hispánica fumando más porros que Escohotado en la boda de su hija, etcétera, etcétera. Musicalmente, mientras unos sólo escuchaban a los Dire Straits y poco más, otros tan sólo prestaban atención al hardcore extremo y grind desde los 15 años. Aquello no había dios que lo entendiera. Bueno, el caso es que hicimos no sé cuantas copias de aquel boceto con el lema "Elecciones cada 6 meses", "Queremos conocer más a los payasos del Circo" y "Más promesas y que nos laman el culo" o algo así. Joder, como se pusieron los de las Juventudes Socialistas cuando descubrieron que los carteles con los que ellos habían tapado a los del PP, de súbito se veían tapados por 4 ó 5 fotocopias baratas de un ser monstruoso alegando pijadas. De hecho, más de un sociata nos increpó, muy solidaria e izquierdosamente, claro. Semanas más tarde aún quedaban restos de nuestra ingeniosa acción por las calles de la Villa. Recuerdo perfectamente a unos punkis mochileros, que estaban de paso, como se pararon a hacer fotos a alguno de nuestros carteles que se mantenían en alguna pared de la calle Rivero. En la siguiente convocatoria electoral, un par de años después, el grupo de amigos se había disuelto y "Bastardín" pasó a mejor vida. Sin embargo en mí, como buen imbécil tocapelotas que soy, aún latía el deseo de salir a la calle. Y es que, manda cojones, los carteles que pegaba anunciando conciertos de punk, hardcore o de cualquier ridícula historia en la que estuviese involucrado no duraban un suspiro; sin embargo, a estos sinvergüenzas les dejaban poner sus feos caretos y sus frases de mierda por todos lados. ¡Qué asco! Algo se tenía que hacer. Alguien tenía que reaccionar. Yo me presenté voluntario que la calle es de todos aunque no tengamos ni siglas ni lemas. Le estuve dando vueltas y, de repente, vi que la solución estaba a mi alrededor. Avilés era una ciudad gris, sucia, contaminada por la pléyade de fábricas que la rodeaban, sobre todo por ENSIDESA y sus Altos Hornos. Esta siderometalúrgica hizo que el pueblo pasara de tener 15.000 habitantes a unos 100.000 en unos pocos años. La palabra mágica era "METAL". Yo nunca he sido amigo de tirar las cosas, así que tenía los armarios de mi habitación llenos de revistas jevis como todo buen quinceañero bienintencionado. Metal Hammer, Heavy Rock, Kerrang! y multitud más se apilaban acumulando polvo y absurdas cartas al director. Las abrí y allí estaba mi campaña electoral: "Contra el chorizo, METAL". De nuevo, la última noche de campaña me decidí a pasear por las calles de mi ciudad con un bote de cola, una escoba y una mochila llena de pósters jevis cada cual más feo que el anterior. Mallas con absurdos estampados fardando de bultaco; cardados imposibles; poses de tíos duros que daban más risa que la Sota de Copas tocando el laúd... Sin embargo, esta vez buscaba la comparación, que si bien es odiosa se me antojaba mucho más efectiva. En lugar de tapar los carteles de los candidatos, a su lado ponía uno de Freddy Mercury con el pecho al aire, o los Wasp con la motosierra, o los Judas en moto, o los Iron Maiden saltando, los Tesla con cara de pena, los Obituary muy de cerca o incluso de POISON y sus morritos pintados. El mensaje fue clarísimo. Triunfamos por goleada. Al día siguiente más de un amigo me llamó por teléfono: "Arcadio, macho, ¿has salido hoy? ¡Alguien ha llenado el centro con carteles jevis que son la caña!" Siempre he guardado el secreto de la autoría, no me vayan a acusar de seguidor de Poison, LA Guns o alguna infecta banda de esas, pero realmente mereció la pena. Yo sigo abogando por las elecciones cada 18 meses y espero que mi madre no haya hecho limpieza en el armario de mi habitación en Avilés. ARCADIO [ subir ]
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Arco
Iris, Osos Amorosos y Benzodiacepinas, Mi
jefe, que, por cierto, El
respeto de Maupassant, Campaña
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