“Pues para mí que era inglés”, le decía yo a un amigo con el que compartí el rato durante el concierto de Jeremy Jay en la murciana sala 12 y Medio. Ignorancia puntual del que escribe aparte, lo cierto es que el americano de Los Ángeles se pasa gran parte del concierto (y de su discografía) saltando de lado a lado del Atlántico con soltura y naturalidad estilística. Lo suyo es el pop de carácter melódico con latigazos ocasionales de saturación guitarrera. Lo lleva al directo, al menos en esta ocasion, con unos músicos franceses muy solventes, que aportaron una contundente base rítmica (mención especial al bajista lesionado y a su “discreto” calcetín) y un colchón de teclado omnipresente que a veces enriquecía y otras, para mí, no tanto. Se agradeció la empatía y el buen humor del artista, tímido pero dispuesto pese al escaso público que se enfrentó a una fría tarde de martes para acercarse a escuchar su propuesta. El sonido fue impecable y el repertorio, trufado de canciones nuevas (presentaba su reciente ‘Abandoned apartments’), bastante más atractivo y consistente que en su último paso por Murcia, hace ya algunos años. Con un “cheers” entonado mientras levantaba su cerveza, tras un bis generoso solicitado por los que allí estábamos, Jeremy se despidió dejando buen sabor de boca. Una lástima que hubieran tan pocas bocas para saborear, es complicado llenar en Murcia y menos un martes. Tomemos nota y hagamos lo que podamos para que los promotores locales de música en directo no se desanimen.
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